La definición
de paradigma propuesta en la posdata de 1969[1]
Por: Dr. Guillermo González Rivera [2]

Las críticas desarrolladas en ese lapso obligaron a
Kuhn a revisar y a precisar muchas de las afirmaciones de su ensayo. En 1969 en
la posdata preparada para la edición japonesa de su libro, pondera y responde a
las objeciones de sus críticos.
Considera Kunh que había utilizado el término
paradigma en dos sentidos relativamente distintos. Por una parte, con el término
paradigma denotaba una constelación de enunciados teóricos, creencias, valores,
técnicas, etc., que comparten los miembros de una comunidad de hombres de
ciencia. Por otra parte, subraya especialmente un aspecto de tal constelación,
a saber, las formas o maneras de resolver problemas utilizadas por los miembros
de la comunidad y aprendidas por los estudiantes. A este elemento de la
constelación de compromisos le llamará a partir de ahora ejemplares, es decir, logros ejemplares del pasado en la aplicación
de la teoría y en la solución de problemas.
Este segundo sentido del término paradigma fue que
suscitó más críticas y produjo más controversias porque suponía la aplicación
irracional de la intuición para explicar el desarrollo de ciertos aspectos de
la ciencia.
En la posdata, para aclarar su concepto de paradigma
se propone tres objetivos: en primer lugar, esclarecer las funciones que cumple
un paradigma en una comunidad de hombres de ciencia; en segundo lugar, enunciar
y definir los principales compromisos que constituyen un paradigma, asumidos por
una comunidad, (en las posdata, considera que éstos son generalizaciones simbólicas,
los modelos, los valores compartidos y los ejemplares); y en tercer lugar,
examinar más explícitamente las funciones y fundamentos de dichos ejemplares, es decir, formas o ejemplos
comparados en la resolución de problemas.
Kuhn analiza en primer término las relaciones que se
dan entre las comunidades de hombres
de ciencia y los paradigmas.
En un primer acercamiento, señala Kuhn, parecería que
el término paradigma es utilizado en sentido circular. En efecto, un paradigma
es una estructura teórico-metodológica que comparten los miembros de una
comunidad científica, y, a la inversa, una comunidad científica es el conjunto
de personas que comparten un paradigma.
Para Kuhn, una comunidad científica es el conjunto de
profesionales que practican la misma especialidad común. Según sea necesario
considerarlo, la amplitud común. Según sea necesario considerarlo, la amplitud
de una comunidad puede variara de una asociación mundial a una asociación
regional o a un grupo local. Las integraciones, por una parte, o las
subdivisiones por otra, pueden, asimismo, tener muchas variaciones según las
disciplinas y las consideraciones del historiador o del sociólogo.
Estos conjuntos se distingues por una serie de características
peculiares: sus miembros, en un grado no alcanzado en otros ámbitos, han tenido
una educación y una iniciación profesional similares. En el proceso de
formación, han leído prácticamente la misma bibliografía técnica y ha sacado
muchas conclusiones similares de ésta.
En las ciencias hay escuelas, es decir, comunidades
que enfocan el mismo tema desde puntos de vista diversos, por lo que la
comunicación entre éstas es difícil y con frecuencia equívoca, sobre todo antes
de que se consolide un paradigma.
Los miembros de una comunidad científica se ven así
mismos, y son considerados por otros, como los hombres exclusivamente
responsables de la consecución de un conjunto de objetivos entre los que se incluyen
la definición y solución de problemas, la validación de soluciones, y la formación
de sus propios sucesores.
Dentro de estas comunidades, la comunicación en
materias científicas es muy amplia, y el juicio profesional es relativamente
unánime.
Así pues, el ámbito de un paradigma no se circunscribe
por un tema de estudio sino por una comunidad de practicantes. Todo estudio
dirigido a definir debería de empezar por identificar las prácticas de las comunidades
que los sustentan.
Si bien hay que tener en cuenta que los que hoy es
materia de investigación para una sola extensa comunidad, en el pasado pudo
estar repartido en el trabajo de varias comunidades. Así, no hubo comunidad de
físicos antes del siglo XIV y, entonces, fue formada por dos comunidades antes
separadas: la de los matemáticos y la de los físicos naturales.
En la posdata del 69, después de haber mostrado las
relaciones y las mutuas implicaciones entre comunidad científica y paradigma,
pasa Kuhn a examinar los paradigmas como
constelación de compromisos de un grupo, y empieza por revisar la
pertinencia del término paradigma, que ahora considera inadecuado.
Kuhn considera que el término de paradigma puede ser
sustituido por el de matriz disciplinaria.
La constelación de compromisos aceptados por la comunidad es una matriz porque
está compuesta de un conjunto ordenado de elementos que forman un todo y
funcionan en conjunto. Y es disciplinaria porque refiere a una posesión de
quienes practican una disciplina particular.
Un primer elemento constitutivo de las matrices
disciplinarias son generalizaciones simbólicas.
Tales generalizaciones son los componentes formales o fácilmente formalizables
de una matriz disciplinaria. Tales expresiones son utilizadas habitualmente sin
cuestionamiento y sin discusión por todos los miembros del grupo.
En algunas ocasiones se les encuentra en forma
simbólica f = m*a. En otras, se
expresan por palabras: a toda acción
corresponde una reacción…
De no ser por la aceptación general de expresiones
como éstas, no habría puntos de acuerdo para las manipulaciones lógicas y matemáticas
requeridas en la solución de problemas.
Aunque el ejemplo de la taxonomía, según considera
Kuhn, indica que la ciencia normal puede operar con pocas generalizaciones
simbólicas, no obstante, el poder y la capacidad de una ciencia parece aumentar
con el número de tales generalizaciones.
Estas generalizaciones se consideran leyes de la
naturaleza, pero para los miembros de un grupo pueden tener otras funciones:
pueden servir como definiciones de alguno de los símbolos que incluyen. El
equilibrio entre su valor como leyes y su fuerza como definiciones cambia con
el tiempo. La naturaleza del compromiso con una ley es muy diferente al
compromiso con una definición. A menudo las leyes pueden corregirse parte por
parte, por las definiciones al ser tautológicas no pueden corregir.
Un segundo tipo de componentes de la matriz
disciplinaria son los modelos. Hay
una amplia gama de éstos que va de los ontológicos a los heurísticos. Los
diversos tipos de modelos tienen funciones similares; entre otras, proporcionan
al grupo analogías y metáforas (elemento, protón, deuterio) que ayudarán a
determinar los tipos de problemas, soluciones y explicaciones que serán
aceptables para la comunidad. Permitirá, también, definir la lista de los
enigmas no resueltos y evaluar la importancia de cada uno de ellos.
Los compromisos de una comunidad con los modelos
ontológicos se refieren a compromisos con creencias tales como “todos los
fenómenos perceptibles se deben a la interacción de átomos cualitativamente
neutrales en el vacio”.
Los modelos de tipo heurístico ayudan a representar ciertos
fenómenos: el circuito eléctrico puede ser considerado (metáfora) como un
sistema hidrodinámico de estado estacionarlo; las moléculas de un gas actúan
como bolas de billar, elásticas, en una movimiento producido al azar.
Una tercera clase de elementos de la matriz
disciplinaria son las valoraciones o valores
atribuidos. Habitualmente se les comparte más que las generalizaciones
simbólicas o los modelos, y contribuyen a dar un sentido de comunidad a los
hombres dedicados a las ciencias naturales.
Aunque funcionen en todo momento, su importancia
particular se hace visible cuando los miembros de una comunidad deben enfrentar
una crisis de su disciplina o elegir entre formas incompatibles de practicarla. Las valoraciones más profundamente sostenidas se
refieren a las predicciones: éstas deben ser exactas; las predicciones
cuantitativas son preferibles a las cualitativas; sea cual fuere el margen de
error admisible, debe ser continuamente respetado en un campo determinado; y
así por el estilo.
También hay valoraciones que se aplican a las teorías:
ante todo, deben posibilitar la formulación y solución de enigmas, deben ser
sencillas, coherentes y compatibles con otras teorías simultáneamente aceptadas
(la coherencia interna y externa es un factor de elegibilidad de una teoría en
situaciones de crisis).
Sin embargo, aunque las valoraciones sean generalmente
compartidas por los practicantes de una disciplina, las posibilidades de
aplicación de éstas a menudo se ven modificadas por los objetos a que se
dirigen, por las situaciones en que se aplican y por los rasgos de personalidad
de quienes lo realizan.
Tratándose de evaluar anomalías o nuevas teorías, el
recurrir a los valores compartidos (criterios) antes que a las reglas, es el medio
de que se vale la comunidad para distribuir los riesgos y asegurar a lo largo
plazo el éxito de su empresa.
Habiendo examinado de los tipos de elementos
constitutivos de una matriz disciplinaria, a saber, las generalizaciones
simbólicas, los modelos y las valoraciones, pasa Kuhn a examinar otro tipo de
elementos constitutivos de las matrices disciplinarias, los ejemplares o
ejemplos compartidos, el tercero y más importante de los objetivos de sus
reflexiones en la posdata de 1969.
Con el término de ejemplares designa Kuhn las formas o
estilos de solucionar problemas que los estudiantes aprenden desde el principio
de su formación profesional en el pizarrón, en los libros de texto, en los
exámenes, en las prácticas y los laboratorios.
A esto tipos de ejemplos compartidos deben añadirse
algunas de las soluciones técnicas de problemas que aparecen en las revistas
profesionales que los investigadores examinarán a lo largo de su vida, y que
igualmente muestran un estilo de trabajo con el que se resuelven los más
difíciles y complejos.
Más que los otros elementos de la matriz
disciplinaria, los ejemplares tiene un valor especial en la formación del nuevo
investigador y en la práctica científica de la comunidad. La resolución de problemas va más allá de la aplicación
de la teoría. Al principio y durante cierto tiempo resolver problemas es
conocer ordenadamente algunas propiedades de la naturaleza. Sin la resolución
de problemas desde la perspectiva de los ejemplos compartidos, las leyes y
teorías que estudiantes hayan aprendido previamente tendrán un contenido
empírico muy pobre.
Mediante el esfuerzo de resolver problemas a la luz de
los ejemplares, desarrolla el estudiante la habilidad de percibir como
similares y, por tanto, objeto de aplicación de alguna generalización
simbólica, una variedad de situaciones diferentes en muchos aspectos. Por citar
un caso, todos los físicos aprenden a resolver problemas de plano inclinado, el
péndulo cónico y las orbitas keplerianas para ilustrar las generalizaciones
simbólicas aprendidas. Por lo que, después de resolver un cierto numero de
problemas bajo la óptica descrita, el
joven investigador contemplará las nuevas situaciones a las que se enfrente
como científico desde la perspectiva que otros miembros más experimentados de su
comunidad.
Así pues, en las posdata de 1969, para revisar su
formulación de paradigma (al que ahora propone llamar matriz disciplinaria),
examina las relaciones comunidad-paradigma, analiza los compromisos que
constituyen el paradigma, a saber, generalizaciones simbólicas, modelos y
valoraciones compartidas y, explícitamente, subraya (contras las criticas) el
valor formativo de la resolución de problemas de los ejemplares.
Como se ve, ya no habla aquí de los compromisos
epistémicos, a los compromisos ontológicos los llama modelos, y enfatiza mucho
más en la función de los ejemplares en la formación de los investigadores
jóvenes y en la práctica de los hombres de ciencia.
[1] Este escrito forma parte de una investigación un poco más amplia que
el Dr. Guillermo González realizó sobre la definición de Paradigma en Kuhn.
[2] El Dr. Guillermo González Rivera es Catedrático de la UNAM, en la
Facultada de Estudios Superiores Acatlán desde 1977, e imparte las asignaturas:
Curso monográfico de Filosofía Contemporánea (en cuyo curso se especializa en
dos autores fundamentales: Heidegger y Gadamer), Curso monográfico de Hegel, en
la Licenciatura de Filosofía, e Introducción al Pensamiento Filosófico, en la
Licenciatura de Lengua y Literatura Hispánicas. Está adscrito al Programa de
Investigación, además de que fungió como Coordinador del Programa de Posgrado
de la misma FES, y actualmente es Coordinador de la Unidad de Investigación
Multidisciplinaria (UIM) también en la FES. Ha sido ponente en múltiples
ocasiones tanto en la UNAM como en otras instituciones universitarias. Es autor
del ensayo: El idealismo absoluto de
Hegel reflejado en el texto de Saber absoluto, publicado por editorial
Kaoz.
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